Los que nos encontramos metidos de lleno en eso que en los últimos tiempos se ha dado en llamar la tercera edad (octogenarios), -cuando vemos fotografías como la que nos precede, de inmediato nos vienen al pensamiento remembranzas que descollaron en aquella Valencia antañona.
En nuestra ciudad, -incluso en nuestra región, en otros tiempos el dijous (jueves), era un día muy señalado, -donde se celebraba y aún se celebra el histórico Tribunal de las Aguas que nació en el siglo X y que continúa vigente al día de hoy y cuya sesión pública semanal tiene lugar como todos sabemos, los jueves en la Puerta de los Apóstoles de la catedral, en el mismo lugar donde fue fundada nuestra ciudad. Recordar que aquellas primeras reuniones del milenario Tribunal de las Aguas se celebraban en la puerta de la antigua mezquita debido a que no se podía acceder a ella.
Otro acontecimiento (ahora desaparecido), que antaño despertaba inusitado interés entre los labradores -era el mercado de ganado equino. Una anchurosa rampa junto a la derecha del puente de Serranos, daba acceso desde 1886 al mercado de las caballerías que los jueves se celebraban en la planicie de esa parte del lecho del río Turia, donde personas y caballerías llenaban ese tramo del río más allá del pont de Fusta.
Muchos de aquellos labriegos compradores o vendedores (acicalados con las típicas blusas negras), aprovechaban las tardes de asueto en la gran ciudad, para visitar alguna de aquellas casas licenciosas o 'mueblés' que se encontraban en aquellas calles o callejas tan peculiares, o bien visitaban el City Bar frente a la plaza de toros, donde por las tardes celebraban unos modestos varietés, en un ambiente sobrecargado del buen aroma de los puros habanos o el intransferible olor de los puros “caliqueños”.
Fotografía de otro lugar donde en 1880 se celebraba el -mercat de cavalls del dijous-. Queremos perpetuar nuevamente desde otra perspectiva el desaparecido y popular –mercat del dijous-. que tanta animación despertaba en aquella Valencia huertana y que durante su desaparición se venia celebrando en tan determinativo día y en aquel tramo del cauce del Turia que se encontraba entre los puentes de Serranos y el pont de Fusta.Estas pequeñas aportaciones son debidas a los conocimientos que poseía mi muy querido y recordado abuelo paterno quien muy pacientemente me explicaba.- “Que desde joven y durante toda la vida se había dedicado a trabajar como –corredor d'orella-". Apelativo vernáculo de aquella desaparecida profesión en aquel tiempo tan enraizada entre los labradores y ganaderos de las tres provincias valencianas.- “Corredor d'orella”-, hemos de significar que se trataba de un oficio de hombres que gozaban de credibilidad y que mediaban entre vendedor y comprador para que la operación en ciernes llegara a feliz termino con la complacencia y satisfacción de ambas partes.
Mi abuelo me decía.- “Las primeras ventas de caballerías que se realizaron en Valencia tuvieron lugar en el primitivo mercado frente a la Lonja -después se trasladaron a la calle de las Barcas, y tiempos después concretamente en el año 1880 (la foto que precede) se celebraba en la calle Guillén de Castro en el tramo próximo a la calle Hospital" (1). Y por último, hasta que desapareció el mercado se celebraba en el ya mencionado cauce del río Turia. Finalmente, con el cambio experimentado en los trabajos que se realizan en el campo se cambiaron vehículos por animales, y es cuando desapareció aquel popular mercado.
Muchos de aquellos labriegos compradores o vendedores (acicalados con las típicas blusas negras), además de asistir en lo referido anteriormente, -otros, aprovechaban las tardes de asueto en la gran ciudad para ir a presenciar en el originario Trinquete de Pelayo donde los jueves se organizaban exprofesamente para los huertanos asistentes al-mercat de cavalls- aquellas tan disputadísimas -partides de pilota-.Milo, en algunos de sus escritos hace mención a esta última circunstancia. En un libro impreso en 1887 se puede leer: "Actualmente hay dos hermosos trinquetes para el juego de pelota, de reciente construcción, un a la calle de Pelayo, casa sin número, y otro en la de Juan de Mena, número 8. Se juega en los dos todos los días y hay asientos para el público, donde por una módica retribución, puede asistir "(...). Por cierto que entonces, en 1910, funcionaba también el trinquete de Marchalenes ubicado en la barriada del mismo nombre, a la izquierda del río Turia”.
“El juego de pelota en Valencia”, Francisco Almela y Vives.
Valencia, 1960.
(1).-Traducido del valenciano.
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