miércoles, 23 de marzo de 2011

Al Marqués de Campo



Monumento al Marqués de Campo en su emplazamiento original, plaza de Emilio Castelar, todavía incompleto.

Creo que esta postal es inédita por la perpectiva y porque no están colocadas las estatuas representando al Gas y a la Marina Mercante.
Permitirme que pegue el texto que el trabajo, que enlazo al final, dedica a la construcción del monumento. Es largo, pero interesante.
El grupo que representa al Marqués, compuesto por la estatua del prócer valenciano, a tamaño mayor que el natural, y la de una pequeña niña a la que acoge con su mano, fue entregado al fundidor Aquiles Crescenci, de Roma, en 1892, según testimonio del propio Benlliure. Allí permanecería, almacenado por falta de pago, durante más de doce años; pero, no adelantemos acontecimientos y sigamos su curso.
En 1889 Benlliure presentaba en la Exposición Internacional de Munich, La Marina, el tercero de los grupos del monumento, representada por una mujer semidesnuda, pues una tela cubre sus piernas, recostada sobre un antiguo timón. La estatua recibió la Primera Medalla de escultura en aquel certamen, y fue nuevamente galardonada en la Exposición Nacional celebrada en Madrid al año siguiente, donde se exhibió otra de las estatuas de Benlliure para el monumento al marqués de Campo, El Ferrocarril, un hombre desnudo, sentado, sosteniendo una sólida rueda entre sus manos. Terminado el certamen, las Estatuas fueron depositadas en el palacio que hasta hacía poco era residencia en Madrid del marqués de Campo, y ya entonces propiedad de su heredero, que sin embargo no haría gala de ninguna de las dotes que encumbraron a su padre adoptivo.
El 19 de agosto de 1889 moría el Marqués. “Sin distinción de partidos, toda la prensa hace justicia al emprendedor valenciano”. El Ayuntamiento de Valencia, por ser el marqués hijo predilecto, varón ilustre, y exalcalde de la ciudad, se hacía cargo de su cadáver, trasladado desde Madrid el día 22, y presidía su entierro en la iglesia del Asilo que el mismo fundara. La muerte del marqués dejó a Benlliure sin la asignación mensual que como mecenas le dispensaba, y, aunque en el testamento había consignado cierta cantidad al objeto del monumento, como señala Almela y Vives, “mientras Benlliure iba trabajando en el monumento, cuyas figuras habían de fundirse en bronce, se fue consumiendo la consignación testamentaria. Y entonces el Ayuntamiento de Valencia acordó sufragar los gastos que aún habría que hacer”. Pero esto sería una vez transcurridos quince años desde el primer acuerdo municipal de erigir una estatua al Marqués, y tras comprobarse inefectiva la suscripción popular abierta por el Ateneo Científico y el Ateneo Casino Obrero con tal fin.
En 1904 el fundidor Aquiles Crescenci, cansado de reclamar el importe adeudado, había puesto el asunto en manos de los tribunales y amenazaba con cobrar con el valor en bronce de la obra. Mariano Benlliure, agobiado ante la situación, escribía el 9 de junio de aquel año al alcalde la Valencia, Miguel Polo, la primera de una serie de cartas urgiendo una resolución al respecto. El escultor enumeraba los trabajos realizados y pendientes para el monumento: “Grupo del Marqués, que coronará el monumento, ya fundido. Grupo de la Caridad, compuesto por cuatro figuras, ya fundido. Dos figuras que representan la Marina y el Ferrocarril, también fundidos. Modelada y vaciada en yeso, una figura que representa el Puerto de Valencia. Para completar el monumento sólo falta por modelar la figura que representa el Gas.”. El célebre escultor valenciano renunciaba, generosamente, al cobro de cuanto se le adeudaba de lo acordado por modelar toda la parte escultórica y se comprometía a modelar gratuitamente la estatua que faltaba, así como a entregarla al fundidor durante marzo o abril de 1905, pero matizaba “se entiende esto en el caso de que el Ayuntamiento se determine a levantar el Monumento”, a quien instaba gestionase directamente con el fundidor de Roma, o con la casa Masriera de Barcelona, si decidían fundirse en España las estatuas que faltaban.
Pero el Ayuntamiento no podía tomar ningún acuerdo definitivo mientras no se realizase la cesión definitiva del monumento por parte del entonces Marqués, el hijo adoptivo de José Campo, José Luis Bruna, quien nunca haría honor a su padre y a su título. El 1 de septiembre de 1904, desde un hotel de París, el “marquesito” telegrafiaba al Ayuntamiento: “Cedo mis estatuas ciudad Valencia”. Acordaba el consistorio días después, se destinase la cantidad equivalente a 4.000 liras para el pago en Roma de la fundición de una estatua y modelo de la otra. Pero en enero de 1905, el abogado del fundidor reclamaba nuevamente el pago aún por efectuar. Según la municipalidad, para ello “debía esperar un documento por el cual el heredero del Marqués hiciese donación a la ciudad del monumento indicado”, pues el marqués había puesto condiciones a la cesión y la resolución no podía ser inmediata. A finales de febrero, y ante la noticia del embargo en Roma de la estatua, se consignaban definitivamente y a cargo de Imprevistos, las 4.000 liras objeto de litigio. En mayo, el Ayuntamiento de Valencia solicitaba al pintor José Benlliure, director de la Academia Española en Roma, interviniese en el asunto, efectuando éste el pago y recuperación de la obra, al tiempo que indicaba medios y costes relativos a su transporte, en total 3.250 kilogramos, desde Roma a Livorno, y desde allí al puerto de Valencia a través de la Compañía de Navegación de esta ciudad. El día 27 de julio de 1905 el grupo escultórico del Marqués partía desde Italia en el vapor Jérica.
A su llegada a la ciudad quedó depositado provisionalmente en los almacenes municipales sitos en la calle Na Jordana, y en la sesión del 8 de agosto de 1905 se acordaba su lugar de emplazamiento: los solares de San Francisco, “toda vez que después de realizados la reforma y embellecimiento del barrio de Pescadores y el traslado de la estación del Norte y la construcción de la fachada de la Casa Consistorial recayente a dichos solares, quedaran éstos convertidos en la plaza más grande, céntrica y hermosa de nuestra ciudad”. La Alcaldía del Ayuntamiento de Valencia, que ostentaba Eduardo Llagaría, decidida a convertir en hecho la erección del monumento, ordenaba al sobrestante de Monumentos y al director de Paseos que la estatua del Marqués de Campo fuese depositada en el nuevo jardín, al que se alude como Parque de San Francisco, construido en los solares junto al jardincillo de la plaza de Emilio Castelar, y con idénticas aceras. Depositado allí sobre un lecho de troncos, el día 4 de noviembre de 1905 se ponía en pie el grupo del marqués, en el que Benlliure había ejecutado una representación veraz del benefactor al que acompaña una pequeña niña. La voluminosa estatua, situada en lugar próximo al previsto para emplazamiento del monumento, quedó rodeada por una provisional y rudimentaria cerca de alambres y estacas que dio lugar a la sonatina popular de: ¡Si el marqués levantara la cabeza!. Hubo quien consideró apresurado el traslado, argumentando que no estaba realizado el basamento, o que había de esperarse al replanteo de la fachada del Ayuntamiento, y quien manifestó abiertamente: “No consideramos al Marqués de Campo con mérito bastante para recibir tan elevado honor, porque aún no sabemos en virtud de qué méritos extraordinarios y de qué generosos, y para él no productivos servicios prestados a Valencia, se le ha de levantar una estatua, precisamente a la entrada de la ciudad y en sitio tan privilegiado”. Sin embargo, el día 8 de noviembre también se instalaba allí el grupo de la Caridad, que había sido retirado del palacio de Campo, donde desde hacía tantos años permanecía. Se manifestó al ya entonces ilustre Benlliure la aceptación de su ofrecimiento de modelar gratuitamente la figura de El Gas, y se le solicitó un dibujo del basamento sobre el que habrían de colocarse las estatuas para proceder a su construcción.
Quedaba pendiente incautarse de las figuras de la Marina y el Ferrocarril que estaban en Madrid, embargadas finalmente al heredero del Marqués con el palacio que perteneció a su padre, junto con los muebles que contenía. Antes de su salida de la Alcaldía, último día de diciembre de 1905, Eduardo Llagaría se interesó por el estado legal del asunto, del que no obtuvo resultados, así como por la figura que representaba El Puerto, vaciada en yeso, y que se hallaba depositada en la Academia Española en Roma, notificándole José Benlliure el lamentable estado en que se encontraba la estatua y que su deterioro, por el transcurso de los años, la hacía inservible. Las gestiones municipales al respecto se paralizaron durante todo el año 1906.
El 21 de febrero de 1907, el cronista de la Ciudad Martínez Aloy solicitaba a Benlliure remitiera un modelo del basamento, y el escultor requirió le fueran remitidos los planos del emplazamiento. Antes de que finalizara mayo, Benlliure enviaba el dibujo y justificaba su proyecto: “Aunque resulte algo más costoso, he preferido, para la mayor suntuosidad y originalidad al propio tiempo de la obra, darle el carácter de fuente, pues tratándose de una gran plaza convertida en jardín no solamente se adapta más al ambiente y resulta más decorativo, sino que es al propio tiempo más alegre e higiénico”494. A efectos de mediciones, se solicitó al artista un modelo corpóreo del basamento, y en pocos días remitía el proyecto en yeso del conjunto del monumento, que el propio Aloy calificó resultaba “muy artístico”.
El 10 de junio de 1907, previa declaración de urgencia, fue aprobado el dictamen de la Comisión de Monumentos por el que se iniciaron las gestiones para la construcción del basamento, para la recuperación de los dos grupos del monumento en Madrid, así como para la terminación del mismo, solicitando a Benlliure modelara la estatua que representa El Gas; al mismo tiempo se consignaba en el presupuesto una partida para atender los gastos ocasionados. El 19 de junio tomaba posesión de la Alcaldía José Maestre Laborde, quien haría efectivo el acuerdo adoptado.
En noviembre de aquel mismo año el Arquitecto Mayor, Rafael Alfaro, manifestaba que “de acuerdo con D. Mariano Benlliure, había sido ultimado el proyecto de base para sostener las figuras que constituyen el monumento”, valorando el coste de la obra en 250.000 pesetas, presupuesto aprobado por el Consistorio el 2 de diciembre de 1907. En enero del año siguiente se solicitaba del Gobernador Civil, y era concedida, la exención de subasta pública en la adquisición de la piedra, que se determinó fuera de Borriol -por la uniformidad de color que deseaba tuviera Benlliure, así como de la obra de construcción del basamento.
El 23 de marzo de 1908 los arquitectos municipales Rafael Alfaro y Francisco Mora acompañaron a Mariano Benlliure en la visita efectuada a las obras del monumento, que estaban siendo ejecutadas, fielmente al proyecto, por el industrial Santiago Ortiz. “Por indicaciones del genial autor del proyecto se sustituirá la lápida conmemorativa que se pensaba colocar, por una inscripción con letra suelta que dirá: “Al primer Marqués de Campo. 29 marzo 1908”, fecha prevista, inicialmente, para su inauguración. El mismo día de la mencionada visita, al anochecer, era colocado en su pedestal el grupo de la Caridad, y al día siguiente, 24 de marzo, la estatua del Marqués coronaba el monumento, mirando hacia los solares del derruido barrio de pescadores; de ahí, y según fuentes documentales municipales, la instauración de esta fecha como la oficial de erección del monumento. La inauguración, aplazada a instancias del propio Benlliure por “entender que no debía celebrarse aquella solemnidad sin estar terminado el Monumento y colocados, por consiguiente, en su sitio, los tres grupos que faltan”, nunca se llevaría a cabo.
Finalmente, el 22 de marzo de 1909, Juan Navarro Reverter, valenciano y ministro de Hacienda, comunicaba al Alcalde de la ciudad el éxito de sus gestiones ante la Marquesa de Manzanedo, que cedía los dos grupos fundidos, los cuales había adquirido con el palacio de la Castellana que fue propiedad del Marqués de Campo. El 16 de abril llegaban a Valencia, perfectamente embaladas, las estatuas que representan La Marina Mercante o la Navegación, y la de El Ferrocarril; el escultor llegaría en el correo del día siguiente para realizar la entrega. “Pero el Sr. Maestre pensó ofrecer una sorpresa al Sr. Benlliure, y de paso satisfacer uno de sus más vehementes deseos. Y en efecto, presentose en la estación; sacó, previo cumplimiento de las formalidades prevenidas, los grupos dichos; ordenó su transporte a los jardines de San Francisco, y a las nueve de la noche comenzaba la operación de colocarles en el monumento, y a las doce menos cuarto terminaba, en medio del general asombro”. El Alcalde solicitó al artista terminara el grupo que faltaba en el monumento para darlo por concluido y, aunque Benlliure se comprometió a entregarlo con vistas a inaugurarlo durante la Exposición Regional Valenciana a celebrar aquel año, hasta enero de 1911 no sería remitida la estatua de El Gas a la ciudad de Valencia, colocándose en el monumento el 14 de febrero de ese año.
Así pues la erección definitiva del monumento al marqués de Campo se consumaba a los veintiséis años de iniciada la idea.


Escultura pública en Valencia
Elena de las Heras Esteban

(Post 20204)

No hay comentarios:

Publicar un comentario